Sobrepeso y Obesidad en Adultos
El sobrepeso y la obesidad se pueden definir como una acumulación excesiva de tejido adiposo o grasa en el conjunto corporal que se traduce en un aumento de peso.
Se considera que una persona tiene sobrepeso cuando supera el 20 % de su peso ideal, o si su índice de masa corporal (IMC) está comprendido entre 25.00 y 29.99, siendo obesas aquellas personas que su IMC sea superior a 30.00.
La obesidad y el sobrepeso pueden producirse por diferentes razones. Variables biológicas como un balance energético desequilibrado o una propensión biológica heredada que lo facilita. Variables ambientales como formas de alimentarnos aprendidas de nuestros padres. Hábitos como patrones de alimentación inadecuados a causa de que preferimos ahorrar consumiendo comidas pre-cocinadas, o productos de menor calidad con mayor componente calórico. Y por supuesto, variables emocionales, como por ejemplo comer como mecanismo compensatorio para intentar bloquear emociones desagradables como ansiedad, tristeza, rabia, o aburrimiento. Podemos aprender eficazmente a manipular dichas variables y alcanzar un peso sano sintiéndonos satisfechos.
¿Cuántas veces has tratado de adelgazar en tu vida? ¿Cuántas veces has vuelto a coger peso tras hacer dieta?
Parece lógico pensar que para perder peso hemos de focalizarnos en restringir nuestra alimentación, y si comenzamos a hacer deporte, mejor. Si seguimos de forma estricta estas pautas adelgazaremos, sin duda. Toda dieta acompañada de ejercicio “funciona”. “Funciona” porque se consigue adelgazar, pero no funciona si el objetivo es MANTENER el resultado. Nos encontramos con que el problema de las dietas no reside en su eficacia, sino en el mantenimiento.
Una dieta suele estar fundamentada en el sacrificio, el control y la restricción. Esto dificulta enormemente el mantenimiento de la misma. ¿Debo de estar a dieta siempre? A parte de que nadie podría estar toda la vida sacrificándose, controlando y restringiendo su alimentación para mantenerse en un peso sano, acabamos entendiendo la dieta como una dualidad en la que todo es blanco o negro, de manera que si me concedo una transgresión, todo se va al traste y terminaré abandonando el sacrificio.
Por tanto, la relación que hemos de tener con la comida debe ser de placer, y no de sufrimiento. Así mismo debemos disfrutar del ejercicio físico, en vez de verlo como un esfuerzo tedioso que me debo imponer.
El hecho de no mantenernos en la dieta provoca que volvamos a intentar adelgazar, pero si puede ser, de manera rápida, sin esfuerzo, y con dietas que prometen resultados inmediatos. El problema es que, efectivamente, bajamos de peso. Y lo que rápido se va, rápido vuelve. Así es como construimos una circularidad en la que constantemente bajamos y subimos de peso. Dicho esto, podemos concluir que hacer dieta engorda.
El objetivo no debe ser bajar de peso, sino adquirir hábitos de vida saludables y mantenerlos en el tiempo desde una visión largoplacista. De manera que acercarnos a un peso sano será una consecuencia natural.